
Innovar gestionando el riesgo. Gestionar el riesgo al innovar con nuevos productos o servicios es clave para que tu negocio crezca, pero sin arriesgarte demasiado. Aquí te explico cómo hacerlo de manera práctica y con ejemplos para que lo entiendas mejor.
- Investiga el mercado antes de lanzarte
Antes de invertir tiempo y dinero en un nuevo producto o servicio, investiga si realmente hay demanda. Esto te ayudará a reducir el riesgo de que no funcione.
Ejemplo: Si tienes un negocio de venta de jugos naturales y quieres lanzar un nuevo sabor exótico, primero pregúntales a tus clientes si estarían interesados en probar algo nuevo. Puedes hacer encuestas en redes sociales o preguntarles directamente en tu tienda. Así, sabrás si vale la pena invertir en ese nuevo sabor.
- Empieza con pruebas pequeñas
No tienes que lanzar el producto o servicio a lo grande desde el principio. Haz una prueba en pequeño para ver cómo reacciona el mercado antes de comprometerte del todo.
Ejemplo: Si tienes una tienda de ropa y quieres agregar una línea de ropa deportiva, empieza trayendo solo algunos modelos y colores. Si ves que se venden bien, entonces puedes ampliar la oferta. Así, minimizas el riesgo de invertir en algo que no tenga éxito.
- Escucha a tus clientes
Tus clientes te dan pistas sobre lo que les gusta y lo que no. Si prestas atención a sus comentarios, puedes ajustar tu idea antes de lanzarla oficialmente.
Ejemplo: Si tienes un restaurante y estás pensando en agregar un plato vegano al menú, ofrece pequeñas muestras gratuitas a algunos clientes y pídeles su opinión. Tal vez te digan que el sabor podría mejorar o que prefieren otros ingredientes. Así, cuando lo lances, será más seguro que tenga éxito.
- Diversifica tus opciones
Cuando innovas, no pongas todos tus recursos en una sola idea. Tener varias opciones puede ayudarte a reducir el riesgo si una no funciona.
Ejemplo: Si eres un emprendedor que vende productos de belleza, no apuestes todo a un solo producto nuevo. En lugar de lanzar solo una nueva crema, podrías probar con una crema, un jabón y un exfoliante. Si uno no tiene éxito, los otros pueden compensar.
- Haz un plan financiero
Antes de invertir en algo nuevo, asegúrate de que tienes un plan financiero claro. Pregúntate: ¿Cuánto estoy dispuesto a gastar en esta innovación? ¿Qué pasará si no funciona? ¿Tengo un plan B?
Ejemplo: Si vas a abrir un nuevo local de tu negocio, calcula cuántos meses podrías mantenerlo abierto sin generar ganancias. Esto te ayudará a saber si puedes soportar un tiempo sin obtener ingresos mientras el negocio despega.
- Estudia a la competencia
Fíjate en lo que está haciendo tu competencia. A veces puedes aprender de sus errores o éxitos, lo que te ayudará a reducir el riesgo en tu innovación.
Ejemplo: Si tienes una cafetería y ves que otra cafetería cercana lanzó un tipo de café muy popular, puedes analizar cómo lo hicieron: ¿Cuáles fueron sus precios? ¿Cómo lo promocionaron? Así, puedes aprovechar esa información para hacer tu propio lanzamiento con menos incertidumbre.
- Mantente flexible
Cuando innovas, a veces las cosas no salen exactamente como esperabas. Por eso, es importante estar dispuesto a cambiar. Si algo no funciona, ajusta rápido antes de que te cause más pérdidas.
Ejemplo: Si lanzas un nuevo servicio de envíos rápidos en tu tienda online y te das cuenta de que los costos son muy altos o los clientes no están satisfechos, tal vez debas ajustar las tarifas o buscar un proveedor más económico. No te aferres a una idea si no está funcionando como planeabas.
- Usa métricas para medir el éxito
Siempre que lances algo nuevo, mide los resultados. Así sabrás si tu innovación está funcionando o si es hora de cambiar de rumbo.
Ejemplo: Si introduces un nuevo producto de cosméticos, fíjate en cuántas unidades vendes en el primer mes. Si las ventas no son las que esperabas, tal vez sea necesario cambiar la estrategia de marketing o ajustar el precio. Las métricas te ayudan a tomar decisiones basadas en datos reales.
En resumen:
Para gestionar el riesgo al innovar:
- Investiga si hay demanda.
- Haz pruebas pequeñas antes de lanzarte.
- Escucha la opinión de tus clientes.
- Diversifica tus opciones.
- Planifica tus finanzas.
- Aprende de la competencia.
- Sé flexible para cambiar si algo no va bien.
- Mide los resultados con datos.
Ejemplo final: Imagina que tienes una pastelería y quieres lanzar una línea de postres sin azúcar. No inviertas todo tu dinero en hacer 100 tipos de postres. Primero, haz una pequeña prueba con 3 opciones y ofrece muestras a tus clientes. Escucha sus comentarios, ajusta las recetas si es necesario, y una vez que tengas claro lo que les gusta, lánzalo a lo grande.
Esto te permitirá innovar sin arriesgar el éxito de todo tu negocio.